Inicia Sesión

Devocional "El vacío que duele"

devocional Oct 01, 2025

La historia de Ana comienza con un vacío que le causaba profundo dolor: la imposibilidad de concebir un hijo. En su contexto, la infertilidad no era solo un asunto personal, sino una marca social y espiritual. Penina, la otra esposa de Elcana, tenía hijos y usaba eso como arma de burla contra Ana. El vacío de Ana se transformaba en lágrimas constantes y en una herida que la hacía sentirse incompleta.

Quizás tú también has experimentado vacíos: el vacío de no alcanzar un sueño, de no ser entendida, de sentirte menospreciada, de no ver resultados en un área de tu vida. Ese vacío duele porque lo asociamos con falta de valor, fracaso o incapacidad.

Pero Ana nos muestra algo poderoso: ella llevó su vacío a la presencia de Dios. En lugar de reprimir sus emociones o buscar un escape en la amargura, se presentó delante del único que podía llenar lo que nadie más podía. Sus lágrimas no fueron de derrota, sino de rendición.

La plenitud no comienza cuando tienes todo lo que deseas; comienza cuando decides llevar tu vacío al Señor. Solo en Él ese espacio interno deja de ser un dolor constante para convertirse en un altar donde Dios se glorifica.

El vacío que duele puede ser el inicio de un testimonio que otros cantarán. Ese vacío puede ser el terreno fértil donde Dios manifieste su poder. No lo niegues, no lo tapes: reconócelo, llévalo a la oración, y permite que Dios lo llene con Su presencia.