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Devocional "Un cántico nuevo"

devocional Oct 12, 2025

 

El proceso de Ana comenzó con lágrimas de dolor y terminó con un cántico de gratitud. Lo que antes eran gemidos incomprendidos en el templo, ahora se convirtió en una oración de victoria. El cántico de Ana en 1 Samuel 2 no es solo agradecimiento por Samuel, sino una proclamación de quién es Dios: el que exalta a los humildes, derriba a los soberbios y cambia temporadas de esterilidad en fecundidad.

Su historia nos recuerda que cada clamor de dolor puede transformarse en canción de gratitud. El mismo altar donde Ana derramó amargura se convirtió en el altar de su cántico. Esto nos enseña que las estaciones de la vida cambian, y que lo que hoy es llanto puede ser mañana una melodía nueva en la presencia del Señor.

Dios no solo le dio un hijo, le dio una voz renovada. Ana ya no hablaba desde la comparación con Penina, sino desde la plenitud en el Dios que salva. Ese es el poder de la sanidad y la rendición: tu oración cambia de tono.

Hoy el Señor también te invita a entonar tu propio cántico nuevo. No se trata de cantar solo cuando veas la respuesta, sino de reconocer que en medio de cualquier circunstancia, Su salvación es motivo suficiente para celebrar.

 

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Plan de acción para hoy

  1. Escribe tu cántico – Dedica unos minutos a escribir un “cántico” personal: una oración de gratitud que declare quién es Dios para ti.

  2. Recuerda el antes y el después – Anota cómo llegaste a una situación difícil y cómo Dios te ha sostenido hasta hoy.

  3. Adora con libertad – Pon una canción de adoración que exprese gratitud y cántala como un acto profético de fe.

  4. Declaración – “Mi cántico nuevo será siempre para el Señor, porque Él cambia mi lamento en danza.”


Razones para agradecer

  • Gracias, Señor, porque conviertes mis lágrimas en cantos de alegría.

  • Gracias, porque me das una nueva voz para proclamar tu fidelidad.

  • Gracias, porque mis oraciones de dolor se transforman en testimonios de victoria.

  • Gracias, porque siempre me das un motivo para adorar.


Oración final

Señor, hoy quiero entonar un cántico nuevo como Ana. Ya no hablaré desde la queja ni desde la amargura, sino desde la plenitud de saber que Tú eres mi salvador. Gracias porque cambias mis temporadas y me enseñas a confiar en tu fidelidad. Recibe hoy mi adoración como una melodía fresca que brota desde lo profundo de mi corazón.
En el nombre de Jesús, amén.